miércoles, febrero 21

Producción en serie



            Hacía mucho que no hablábamos en Babel de TV series, quizá por la desmesurada oferta que nos inunda e impide mantenerse medianamente al tanto del panorama. Pero todos vemos series, ¿no?, así que os voy a comentar las que estoy siguiendo (o no sigo ni seguiré).

            Primero las decepciones. Los merodeadores veteranos ya sabéis lo mucho que me gustaba The Walking Dead. Supongo que habréis notado que hablo en pasado. Ya la anterior temporada fue un estirar el chicle, pero la actual es un puro sinsentido. Mucho ajetreo sin que suceda nada; al menos nada interesante. The Walking Dead es un muerto viviente.

            Legión. Una de superhéroes sin superhéroes. Una aproximación original a la temática superheróica. Y un coñazo insufrible. Me desconecté a mitad del segundo episodio y le dije adiós para siempre.

            El hombre en el castillo. Reconozco que esa novela de Dick nunca estuvo entre mis favoritas. Además, me parece inadaptable a la pantalla, y la serie de Amazon viene a confirmar esa sospecha. Vi dos episodios, me dije ya seguiré viéndola, y hasta ahora.

            Westworld. Tuve un problema con HBO: Me suscribí, empecé a ver un par de series y, al poco, la conexión con la plataforma se jorobó (saltaba el buffer cada poco). Resulta que mi rúter no era compatible, así que cancelé la suscripción. Recientemente se ha solucionado el tema de la compatibilidad y he vuelto. Vi cuatro capítulos de Westworld; no esperaba mucho, y con razón. La serie trata de un parque de atracciones, pero hay un rollo así como místico y un jinete negro que busca el centro de no sé qué para no sé qué. En fin, no me van ese tipo de cosas.

            Ignoro qué me ha pasado con Mr. Robot. Me fascinó la primera temporada, pero cuando se estrenó la segunda descubrí que no tenía ni pizca de ganas de verla. Quizá ciertos platos muy especiados son  para probarlos, pero no para repetir.

            También me sucede algo raro con Star Trek: recuerdo con inmenso cariño la serie original, la de los 60; pero nada de lo que ha venido después me ha interesado. Y Star Trek Discovery no ha sido la excepción. Tanto klingom hablando en idem…

            La tercera temporada de Outlander ha sido decepcionante; un ir y venir sin mucho sentido. La verdad es que cuando la serie abandona Escocia pierde mucho. Síííí, veo Outlander; debe de ser cosa de mi lado femenino. Lo que pasa es que, como mi lado femenino es lesbiano, me fascina Caitriona Balfe.

            Me gusta David Lynch, me fascinó Terciopelo Azul, me gustan Carretera Perdida o Mulholland Drive y me encantó Twin Peaks, la serie de los 90. Pero la nueva Twin Peaks… no pude con ella. En la serie inicial, Lynch compartía la autoría con Mark Frost, así que supongo que éste le frenó. Pero la nueva temporada es Lynch en estado puro (aunque también está Frost, pero no se le nota); y dos horas de puro Lynch, vale; pero dieciocho es demasié. Quizá hice mal al intentar verla de seguido. Le daré otra oportunidad.

            Y ahora un “sí pero no”. Me gustó Jessica Jones y me sorprendieron gratamente las dos temporadas de Daredevil. Me parecieron infumables Luke Cage, Iron Fist y The Defenders. En cuanto a The Punisher… Bueno, ya sabía que era el personaje más de extrema derecha de Marvel; un justiciero al estilo de Charles Bronson. La serie no está mal, con buen ritmo y una trama más o menos interesante. Pero se pasa de violenta, casi llega al torture porn. En muchos momento me resultó desagradable. Si la seguí viendo fue porque me encanta su protagonista, ‎Jon Bernthal, con ese rostro suyo que es brutalidad en estado puro.

            Vamos con las series que me molan.

            En primer lugar la veterana Vikingos (ya va por la 6ª temporada). No me cansaré de afirmar que es la mejor serie de aventuras que hay actualmente en TV. Además, ha hecho algo inteligente: Una vez agotado al arco narrativo de Ragnar Lodbrok, el protagonismo ha pasado a sus hijos. Lo cual le da nuevo aire a la serie y además la aproxima a las sagas en que se inspira

Mindhunter. Una maravilla; el primer capítulo no tiene gancho, pero a partir del segundo te atrapa. En mi opinión, David Fincher es el mejor director de su generación, y esta serie es puro Fincher (recuerda un poco a Zodiac). ¿Te inquietó Hopkins haciendo de Anibal Lecter? Pues Cameron Britton interpretando al asesino en serie Ed Kemper te acojonará. Al menos, a mí me acojonó.

            Big Little Lies. Una miniserie no sé si feminista o sencillamente femenina. Pero no es necesario ser mujer para disfrutar de ella. Excelente historia, buenos personajes, buena realización y unas interpretaciones de quitar el hipo.

            Better Call Saul. Si te gustó Breacking Bad, esta serie es imprescindible.

            The Good Fight. Un spin off de The Good Wife, una serie maravillosa. Y ésta también lo es.

            The Good Place. Una auténtica sorpresa. Su argumento: Una mujer egoísta y mala persona muere y, sorprendentemente, va al cielo (que es algo así como una urbanización de lujo). Resulta que ha habido un error de nombres y una mujer que se llama como ella y que es una santa ha ido en su lugar al “sitio malo”. A partir de entonces, la prota tiene que fingir que es buenísima para que no la deporten. Tras una apariencia blandita, este comedia esconde un humor de lo más corrosivo. Original, divertida, con buenos personajes y un Ted Danson que se sale. Además, uno de sus temas centrales es la filosofía.

            Peaky Blinders. Gánsteres británicos en el Birmingham de 1919. Un poco manierista a veces, pero mola.

            Black Mirror. ¿Qué decir que no se haya dicho ya? Siendo una buena serie, no la considero tan buena como se comenta. Cómo suele pasar con las series de historias independientes y autoconclusivas, es muy irregular. Por ejemplo, el famoso episodio del ministro y el cerdo (The National Anthem) me parece provocador y gamberro, pero no ingenioso. Aunque hay otros, como Nosedive, que me parecen excelentes.

            The Crown. Pocas personas me provocan tanto desinterés como la reina de Inglaterra (y su familia). Por eso jamás habría esperado que me gustara una serie basada en Isabel II. Pero es que está tan bien hecha…

            Ahora estoy viendo The End of the F***ing World, una comedia negra tan rara y estimulante como sólo pueden serlo las series británicas. Y Better Things, con Pamela Adlon, que es una especie de Loui en clave femenina. También he empezado a ver Altered Carbon. Cuando menos, excelente factura.

            Comencé a ver Taboo, de Tom Hardy (otro rostro brutal), pero se me jorobó HBO. Tengo que retomarla. Aún no he visto El cuento de la criada. A mi mujer, que es muy feminista, le da cosa por el mal rollo. Pero bueno, para eso están las distopías, ¿no?; para dar mal rollo. Ya la veremos.

            Y, más o menos, eso es todo. ¿Sabéis qué? Hay demasiadas series. No, aún peor: hay demasiadas buenas series. Voy a tener que dejar de verlas.

jueves, febrero 1

Feminismos



            Es la primera vez que elimino un artículo de mi blog, pero lo creo necesario. Lo elimino, en primer lugar, porque lo escribí enfadado, y eso nubla la objetividad. En segundo lugar, porque puede prestarse a confusión. Por último, porque aunque yo tuviera toda la razón del mundo (no digo que sea así, es un supuesto), sería un artículo inconveniente. De modo que me lo cargo, arrepentido de haberlo publicado. Besitos.