miércoles, agosto 10

El perro



          Ayer recordé una cosa. En 2009 escribí El juego de los herejes, la segunda novela protagonizada por la detective Carmen Hidalgo. Cuando acabé el primer borrador y lo releí, advertí un error. Había escrito una introducción que no tenía nada que ver con el argumento de la novela. Era un pegote, así que lo eliminé. Pero no lo tiré.

          Porque esa introducción contenía una historia con principio y con final. Era un relato corto, un cuento. Lo archivé y durante siete años me olvidé del asunto. Hasta ayer, que, ignoro la razón, me vino a la cabeza. Pues bien, ya que no estoy para escribir muchas entradas, ¿por qué no colgar esa historia en el blog? Dicho y hecho: Voilà l'histoire.

          Pero antes, para aquellos que no sepan nada de Carmen Hidalgo, esto es lo que escribí hace años en Babel: “(...) Entonces se me ocurrió algo: ¿qué pasaría si mezcláramos a Almodóvar con Raymond Chandler? Y así, de pronto, surgió Carmen Hidalgo. Carmen, una mujer de clase media-media, ni guapa ni fea, tiene 35 años y estudió Derecho, aunque practicó poco tiempo esa profesión, pues se casó muy joven con Gonzalo, un ex-policía que montó, y puso a su nombre, una pequeña agencia de detectives, y que luego la engañó, estafó y abandonó. Así que Carmen se vio obligada a sacar adelante un negocio cargado de deudas junto con el que luego será su socio, un ex-ladrón de unos 60 años llamado Hermenegildo Astray, también conocido como Hermes entre sus amigos y como Dosdedos por el mundo del hampa. Carmen vive sola, tiene un concepto entre escéptico y filosófico de la existencia, y hace gala de un irónico sentido del humor. Esa es su parte chandleriana. Y luego está la faceta almodovariana: su familia. Porque Carmen tiene una familia enorme, desmesurada: ocho hermanos, dieciséis tíos, tropecientos primos, cuñados, sobrinos... un grupo de gente bastante folclórico, como por ejemplo su madre, doña Gloria, una mujer entrometida y mandona de la que Carmen procura mantenerse lo más alejada posible”.

          Como al principio la historia era una introducción, no tenía título. La he llamado El perro por razones obvias. Espero que os guste; pero si no es así recordad, como siempre digo, que es gratis.
 
 
           El Perro
           Una historia de Carmen Hidalgo
 
          Me llamo Carmen Hidalgo. Si te dijera a qué me dedico, si te confesara que soy un sabueso de alquiler, probablemente alzarías las cejas y me contemplarías con una mezcla de incredulidad, sorpresa e interés; al menos, eso es lo que la gente suele hacer. La ceja derecha la alzarías a causa de mi trabajo, con escepticismo, porque eso de “detective privado” suena irreal, un oficio literario cuya existencia cotidiana resulta, cuando menos, dudosa. La ceja izquierda la alzarías por mi sexo. ¿Una mujer detective privado? Venga, eso es demasiado; que un hombre se dedique a investigar por cuenta ajena ya es bastante raro, pero ¿una tía?... eso, sencillamente, es pasarse. Por último, superadas la incredulidad y la sorpresa, tu rostro se iluminaría con una expresión de interés; lo cual se debería, no lo dudes, a todas las novelas negras que has leído, a todas las películas policíacas que te has tragado mientras comías palomitas y le dabas sorbos a una Coca Cola mediante una pajita a rayas blancas y rojas. Sam Spade, Philip Marlowe, Lew Harper, Mike Hammer, Easy Rawlins, Charlie Parker, Pepe Carvalho... toda esa literatura, toda esa mitología, ha consolidado en tu mente la idea de que un detective privado debe de tener una vida apasionante, una existencia llena de riesgos, aventuras y emociones...
 
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10 comentarios:

Juan Constantin dijo...

Saludos:

Gracias por la historia, César. Carmen Hidalgo cae este verano, fijo fijo.

Juan Constantin

José Antonio dijo...

¡Me ha encantado volver a encontrarme con Carmen Hidalgo! ¿Habrá tercera novela algún día?
Por cierto no comenté en el post anterior, ¡menudo shock! Espero que la recuperación sea leve, ¡muchos ánimos César!

Anónimo dijo...

Hola,César: Hacía tiempo que no me pasaba por aquí y te encuentro en silla de ruedas, con un hierro en la pata...y en pleno agosto..ufff Al menos parece que lo llevas bien...Recupérate pronto y bien para que el ángulo de los brazos sea el correcto y puedas escribir...
Estupendo el relato que nos has regalado, me ha encantado...por cierto,me leí hace tiempo El juego de los herejes y quedé pendiente de leer la primera,que no sé ni cómo se titula,la verdad,pero lo miraré...a ver si la uno al montón pendiente de la mesilla...aunque será la primera que lea,siempre me enganchas...

Un saludo desde Cantabria y ponte bien cuanto antes, como se decía antes: "te deseo una pronta recuperación"

Aurora Boreal

Sebastián dijo...

Genial historia, no conocía a esta. Carmen Hidalgo :)
Y no sabía de tu lesión, mucha suerte y salud.

HL GM dijo...

salud perro!

http://odalevp.blogspot.com.ar/

Mazcota dijo...

Muy curioso de dónde surge este cuento. Es como si un director rescatara una toma descartada de una película y la utilizara para crear un corto. Al leerlo he podido comprender a qué te referías cuando has dicho que era un "pegote". Para la introducción de una novela queda demasiado denso, demasiado largo, así que no me extraña que lo eliminaras. Aunque, como cuento, me parece de un nivel extraordinario. Pero yo no soy una persona muy objetiva con tus escritos. Porque podrías redactar una carta con la que fijar una reunión en tu comunidad de vecinos, para hacer el cambio anual de presidente, y muy probablemente acabaría entusiasmado con ella.

Anónimo dijo...

César, te tomaron una foto el otro día, bribón.

https://pbs.twimg.com/media/CqEh493WAAAOsfr.jpg

Coña marinera, la he visto en tuiter y el descojone ha sido padre al ver el parecido con uno de mis escritores preferidos.

Miguel Valle dijo...

¡Gracias por este regalito estival!

No conocía a Carmen Hidalgo; el planteamiento inicial me ha recordado la versión cañí de Luz de luna -por si alguien no lo recuerda, Madison, el personaje de Cybill Shepherd, es una supermodelo a la que estafan, dejándola sin blanca, a excepción de algunas acciones y participaciones en negocios peculiares, uno de ellos, una agencia de detectives comandada por Bruce Willis.

El relato me ha gustado, tiene ese aroma a callejón y miseria humana con un punto de humor negro que encaja muy bien.

Un saludo

Miguel

PD: ¿Cómo va la pata chula, César?

César dijo...

Juan Constantin: Espero que no te defraude.

José Antonio: Pues no lo sé. En principio no, pero el personaje me gusta y si algún día se me ocurre un buen argumento... quién sabe. Aunque es más probable que utilice a Carmen como personaje secundario. Si es que la utilizo, claro.

Aurora Boreal: Gracias por tus buenos deseos. La recuperación va bien; es más engorrosa que dolorosa. La primera novela de Carmen Hidalgo es "El juego de Caín". Por cierto, después del hotel donde sufrí el accidente teníamos previsto ir a pasar tres días en Santander. Ya habíamos pagado el hotel de allí, pero nos guardan la reserva hasta fin de año, así que iremos a finales de otoño.

Odalev: ¡Salud!

Mazcota: ¿Sabes qué pasó? Tenía fecha de entrega para esa novela y el tiempo se me echaba encima, porque aún no estaba completo el argumento (me faltaba el final). Acuciado por las fechas, y sintiéndome culpable, comencé a escribir. Pero así, sin tener la estructura completa en la cabeza, me siento muy inseguro, de modo que me fui por los cerros de Úbeda escribiendo una introducción sin el menor sentido. Creo que desde el principio sabía que la iba a eliminar.

Uff, eso que dices sobre mí y mis escritos... me enorgullece, claro, pero al mismo tiempo me deja sin saber qué decir. Salvo gracias.

Sebastián: Muchas gracias, amigo mío.

Anónimo de las 9:33: No, no, el de la foto soy yo. La verdad es que me encuentro muy sexy...

Miguel Valle: De Luz de Luna sólo vi algunos episodios sueltos ya avanzada la serie, así que ignoraba cómo comenzaba. Pero sí, el planteamiento es similar, aunque eliminando el personaje de Willis. Me alegro de que te haya gustado el cuento. ¿Y mi pata? Mejor, mejor; ya sólo me duele cuando bailo claqué ;)

Jane Jubilada dijo...

Buenísimo el relato. Y tienes razón es un cuento completo. Pero también nos introduce a los lectores en el personaje de Carmen Hidalgo, en sus recursos y en forma de actuar en una situación de peligro. Me ha gustado mucho.