martes, diciembre 13

El momento del solsticio



Nada es exactamente lo que parece. La Navidad, por ejemplo. Menudo topicazo, ¿no? La estrella, el Belén, el turrón, los villancicos y las luces de El Corte Inglés. Pero la Navidad esconde secretos. Supuestamente, conmemora el nacimiento de Jesús, pero en ningún lugar de la Biblia se menciona la fecha de su nacimiento. Lo que sí se dice es que los pastores dormían al raso cuidando los rebaños, de modo que no pudo ser en invierno. ¿Por qué se escogió entonces el 25 de diciembre? Para superponer (y a la larga suplantar) la principal fiesta del cristianismo a la principal fiesta del paganismo, lo que los romanos llamaban Sol Invictus.
Se trata de un viejo culto solar. A partir del 21 de junio, los días se van acortando progresivamente, hasta llegar al 21 de diciembre, el solsticio de invierno, la noche más larga del año. Ese día, el Sol muere, pero lo hace para renacer acto seguido, pues desde el momento del solsticio la duración de los días comienza a aumentar. Los dioses solares -como Apolo, Osiris, Mitra, Dionisos, Wotan o Cristo- se caracterizan por morir y resucitar. Es una arquetipo antiquísimo que tiene que ver con los ciclos de la naturaleza. Por eso a Cristo se le representa con un halo (un sol) en la cabeza y por eso la misa del gallo se llama así, pues el gallo es un heraldo solar cuyo canto anuncia la aurora, el nacimiento del Sol.
Los cultos solares surgieron en el Neolítico, con la aparición de la agricultura, cuando la humanidad comenzó a depender de los ciclos estacionales para su supervivencia y los sacerdotes empezaron a mirar al cielo, escudriñando el orden que se oculta tras el caos de las estrellas. No es casualidad que Stonehenge o Newgrange estén orientados hacia los puntos donde el Sol nace y se pone el 21 de diciembre. De modo que, posiblemente, el solsticio de invierno sea -junto con el de verano- la fiesta más antigua aún vigente .
Si lo contemplas de ese modo, la Navidad adquiere una perspectiva diferente. Celebrarla de alguna manera, celebrar lo que ha celebrado la gente desde hace miles de años -el fin de un ciclo y el comienzo de otro-, significa enraizarte con el pasado, significa hacerte consciente, aunque sólo sea por un momento, de ese gran tapiz que es la humanidad a lo largo del tiempo, ese tapiz del que tú eres una hebra más.
Me gusta ese rito antiquísimo, me gusta sentir el vértigo del tiempo. El momento del solsticio se producirá a las 18:35 del próximo 21 de diciembre. Yo lo voy a celebrar saliendo de Madrid; iré a la sierra y veré atardecer. ¿Qué vas a hacer tú?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jeje. Qué curioso. Se parece mucho a algo que escribí las pasadas navidades:
http://elnidodeljilguero.spaces.live.com/blog/
cns!909C14D1C74F5D8D!2697.entry

Anónimo dijo...

That's a great story. Waiting for more. »